
Javier DeFelipe
Hacia una “Nueva Ilustración”: la Convergencia Neuroestética como puente donde la biología, la física y las humanidades descifran juntas el lenguaje del cerebro.

Hacia una “Nueva Ilustración”: la Convergencia Neuroestética como puente donde la biología, la física y las humanidades descifran juntas el lenguaje del cerebro.

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Diez programas están dedicados a Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1906.

«¡Señor, si usted no es D. Justo en persona, tiene que ser el hijo de D. Justo! ¡No me lo niegue usted!». Para bien o para mal, siempre sería hijo de su padre.

Al unir Arte y Ciencia, D. Santiago Ramón y Cajal revolucionó la comprensión del sistema nervioso, y su método visual sigue siendo una referencia en la docencia y la investigación.
Elena Giné

Cajal generó una de las más brillantes escuelas científicas de la historia. Sus discípulos completaron con sus descubrimientos la obra del maestro y fueron más allá.

Cajal aclaró que el olor -difuso, etéreo y fugaz- se convierte en nuestro cerebro en percepción olfativa mediante corrientes cerebrales precisas, concretas y perdurables.

Más allá de la patología, Cajal propuso ideas revolucionarias que se validarían más tarde.

Las descripciones de la organización y función del cerebro que se utilizaron para diseñar los primeros modelos cibernéticos fueron las de Cajal y Lorente de Nó. Esta conexión española cibernética coincidió en la raíz primera de los ordenadores, algoritmos e inteligencia artificial que son ya parte de nuestras vidas y que determinarán nuestro futuro.

Tesoros así no pueden olvidarse: es nuestra obligación ponerlos en valor y que contribuyan a engrandecer la vida cultural (¡y económica…!) del país.

Manuel Martín-Merino Acera nos explica la conexión entre los descubrimientos de Ramón y Cajal, que sentaron las bases de la neurociencia, con el comienzo y desarrollo de la Inteligencia Artificial.

“Tenemos que apostar por la investigación básica apadrinada desde el Estado y debemos fomentar la investigación privada con una mejor Ley de Mecenazgo que permita insuflar más medios y estabilidad de investigación en nuestro país”.
Alberto J. Schuhmacher

“Si hay algo en nosotros verdaderamente divino es la voluntad”.
Santiago Ramón y Cajal

La fuga de cerebros no es nada nuevo. La JAE y Cajal ya eran conscientes de ello hace más de cien años.

Para un soñador impenitente, despreciador del vil metal y de todos los prejuicios sociales, claro es que mi matrimonio debía indefectiblemente ser un enlace de Amor.
Santiago Ramón y Cajal, 1879

La ciencia moderna está destinada hoy a suavizar antagonismos, a cicatrizar heridas, a estrechar distancias creadas entre los seres por una filosofía natural estrecha y egoísta.
Santiago Ramón y Cajal, 1883.

¡Quién osaría creer que organismos separados por inmensa distancia, ora por sus formas exteriores, ora por su interior conformación, como el hongo y el hombre, tienen un lazo común que los identifica y confunde!
Santiago Ramón y Cajal, 1883.

Hallo también atrayente cierto sentimiento de curiosidad frescamente satisfecha, y un fervor de pasión hacia el estudio de los arcanos de la vida, que en vano buscaríamos hoy en los escritos primerizos de la ponderada, ecuánime, circunspecta y financiera juventud intelectual.
Santiago Ramón y Cajal, 1883.