SALAMANCA: POR CAJAL Y LA CIENCIA

HOMENAJE A D. SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL

Fernando de Castro Rodríguez - 1896-1967

Fernando de Castro Rodríguez

Fernando de Castro Soubriet nos habla de su abuelo, el discípulo directo más joven de Don Santiago Ramón y Cajal. Fernando de Castro Rodríguez fue un eminente neurohistólogo y merecedor de un Premio Nobel que nunca llegó.

Fernando de Castro Rodríguez (Madrid, 25 de febrero de 1896 – Madrid, 15 de abril de 1967) fue un médico e investigador español. Fernando de Castro fue vicedirector del Instituto Cajal, miembro de la Accademia Nazionale dei Linzei (Italia), académico electo de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (España) y de la Real Academia Nacional de Medicina de España y miembro correspondiente de la Comisión para Neuropatología de la Fédération Mondiale de Neurologie, entre otras muchas distinciones. Colaboró con varios autores, incluyendo Cajal, con quien publicó “Técnica micrográfica del sistema nervioso” (quizá el primer libro en el mundo dedicado, exclusivamente, a las técnicas neurohistológicas).

Educación

Fernando de Castro fue, junto al aragonés Rafael Lorente de No, el más joven de los discípulos directos de Santiago Ramón y Cajal. Aunque comenzó a formarse junto al neuropatólogo Nicolás Achúcarro, al caer éste enfermo, pasó a trabajar directamente con Cajal en 1916, de quien ya no se separaría hasta su muerte.

En 1922 se doctoró en la Universidad de Madrid con su trabajo sobre la estructura de los ganglios sensitivos y simpáticos en estado normal y patológico. Esta línea de investigación supuso el primer reconocimiento científico de Fernando de Castro, que fue considerado durante décadas el mayor especialista del tema, junto al ruso Boris Lawrentjev, y motivo por el cual fue invitado por Wilder Penfield a redactar dos capítulos correspondientes en su célebre tratado “Cytology & cellular pathology of the nervous system”, publicado en 1932. Pero lo más destacado de esta especialización inicial en el sistema nervioso periférico fue que le granjeó el máximo reconocimiento técnico de su maestro, Cajal: dada la inusual destreza y conocimiento en las técnicas neurohistológicas, encargó al joven de Castro de supervisar la formación técnica de todos los nuevos miembros del Instituto Cajal entre 1922 y 1932, así como de los científicos visitantes extranjeros (como el futuro Premio Nobel de 1945, Howard Fleming, el polímata uruguayo Clemente Estable o el gran neurólogo húngaro Deszö Miskolczy, entre otros muchos) y le encargó compendiar todas las técnicas y protocolos desarrollados por la denominada Escuela Española de Neurología o Escuela de Cajal, para publicarlos conjuntamente en el libro «Elementos de técnica micrográfica del sistema nervioso» (Cajal y de Castro, 1933).

Neurohistología

Mediada la década de 1920, Fernando de Castro acomete el estudio de la inervación sensorial de la región aortocarotídea, donde distinguió los barorreceptores (que detectan los cambios de presión de los vasos sanguíneos) de los quimiorreceptores (que detectan los cambios en la composición química de la sangre), situando éstos en una dilatación de la arteria carótida interna llamada «glomus caroticum», lo que quizá deba ser considerada su mayor contribución científica, ya que se trata de la primera descripción de un quimiorreceptor. Con estos descubrimientos, de Castro sentó las bases anatómicas de los reflejos cardiorrespiratorios descritos por el fisiólogo alemán Heinrich Hering unos pocos años antes.

Además, estos hallazgos fueron fundamentales para que el fisio-farmacólogo belga Corneille Heymans buscase en el «glomus caroticum» como centro de los reflejos quimiosensoriales: tras sendas visitas de Fernando de Castro al laboratorio de Corneille Heymans en la Universidad de Gante y éste devolverle una al Instituto Cajal, Heymans y sus discípulos reorientaron sus estudios en la senda que le llevaría a obtener el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1938. Sin la hipótesis y los estudios de Fernando de Castro, este estudio hubiera sido mucho más difícil y se hubiera prolongado en el tiempo, motivo por el que muchos miembros de la comunidad científica internacional, incluyendo el claustro del Karolinska Institutet (Suecia), consideraron y consideran que Fernando de Castro debió compartir el Premio Nobel con el belga Heymans.

Escuela Cajal

Durante la Guerra Civil, fueron Fernando de Castro y Jorge Francisco Tello y, en menor medida dada su avanzada edad, Domingo Sánchez y Sánchez, los únicos discípulos de Cajal que se encargaron de defender el Instituto Cajal (y todo su equipamiento y pertenencias), algo que cumplieron con estoica eficacia y desafiando los peligros que derivaban de que la capital de España fuera frente de guerra durante casi toda la contienda. Finalizada ésta, Fernando de Castro constituyó el Museo Cajal, dentro del Instituto, y fue desposeído de su cátedra en la Universidad por motivos políticos, hasta que en 1950 fue repuesto en la misma.

Hasta su muerte en 1967, Fernando de Castro fue, quizás, el más genuino representante de la Escuela de Cajal, siempre interesado en venerar la figura del aragonés universal, lo que le llevó, entre otras cosas, a organizar en 1952 un exitoso congreso científico con motivo del primer centenario del nacimiento de Cajal, congreso celebrado en Madrid y al que acudieron varios premios Nobel de Fisiología o Medicina, a pesar de lo delicado de la situación española de entonces. Pero, además, Fernando de Castro procuró perpetuar de forma activa el ejemplo de Cajal, lo que consiguió de forma muy significativa con la serie de discípulos y colaboradores que se formaron o trabajaron junto a él, como los destacados morfólogos Constantino Sotelo y Facundo Valverde García y los fisiólogos Antonio Gallego y Antonio Fernández de Molina.

Con motivo del Premio Nobel concedido a Severo Ochoa (1959), Fernando de Castro compuso, junto al ginecólogo Jesús García-Orcoyen y al fisiólogo José Mª Corral, la delegación oficial que representó a España en los actos celebrados en Estocolmo.

Méritos

Fernando de Castro fue Doctor en Medicina, obtuvo la cátedra de Histología y Embriología General en la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid. Fue vicedirector y Director Honorario del Instituto Cajal y socio honorario de la Sociedad Española de Otorrinolaringología. Consejero del Patronato Santiago Ramón y Cajal del C.S.I.C. y miembro correspondiente de la Comisión para Neuropatología de la Fédération Mondiale de Neurologie de Berchen Anvers, de la Internacional Brain Research Organization, del Editorial Board of Experimental Neurology, Bethesda, Maryland. Socio extranjero de la Academia Nazionale dei Lincei.

En 1963 es elegido miembro numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.​

Miembro honorario de la Facultad de Medicina de Concepción, Chile, de la Academia Nacional de Medicina de Lima, de la de Medellín y de la de Madrid.

Laureado por la Real Academia de Medicina de Madrid con los premios Rodríguez Abaytua, en 1923; Martínez y Molina, en 1924; Obieta, en 1941; Santiago Ramón y Cajal, en 1947; y el premio de la Academia, en 1949.

En 1966 recibió la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio.​

Ha colaborado en la obra de Wilder Penfield «Citology and Cellular Pathology of the Nervous System«.

Fue contratado por la Institución Cultural de Buenos Aires para dictar un curso sobre el sistema nervioso vegetativo en la Facultad de Medicina. En la Institución Cultural del Uruguay explicó cinco conferencias sobre la estructura del tejido nervioso. En colaboración con Ramón y Cajal publicó el libro «Técnica micrográfica del sistema nervioso«.


Artículo corregido por Fernando de Castro Soubriet.


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