En el vasto cosmos de la mente y el saber,
Donde las estrellas del conocimiento resplandecen con poder,
Ramón y Cajal, un navegante del mar cerebral,
Surcó las olas de lo desconocido, con valentía sin igual.

Su barco, la perseverancia, su brújula, la pasión,
Cada neurona, un mundo, cada descubrimiento, una canción.
Noche tras noche, día tras día, incansable en su labor,
Revelando los secretos, que en el silencio escondidos, aguardan con ardor.

En su viaje, encontró desafíos, tormentas de escepticismo y duda,
Mas su convicción, como faro, nunca se muda.
Con cada observación, cada dibujo y anotación,
Tejió un mapa del cerebro, con meticulosa dedicación.

Oh, Cajal, maestro de la paciencia y el empeño,
Tu legado nos enseña que, ante el reto más pequeño,
La perseverancia es clave, es el más noble de los sueños,
En la ciencia, en la vida, abre caminos y despeja los senderos.

Así, al mirar las estrellas, y en las redes de nuestra mente,
Recordamos a Cajal, su tenacidad persistente.
Nos inspira a seguir, con esperanza y con fe,
Porque en la odisea del conocimiento, la perseverancia es la ley.

Fátima Lozano Villavieja – Globoversia