SALAMANCA: POR CAJAL Y LA CIENCIA

HOMENAJE A D. SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL

Juan Andrés de Carlos Jefe del Departamento de Neurobiología Molecular, Celular y del Desarrollo del Instituto Cajal (CSIC) y responsable del Legado Cajal.

Juan Andrés de Carlos, Instituto Cajal – CSIC

En el año 2017, la Unesco inscribió los “Archivos de Cajal y de la Escuela Neurohistológica Española” como parte del Programa Memoria del Mundo. Este programa tiene como objetivo la preservación y el acceso al patrimonio histórico documental de mayor relevancia a nivel mundial. En él se encuentran inscritos los legados de otras grandes figuras históricas como Isaac Newton, Nikola Tesla, Goethe o George Orwell. En 2020, el entonces ministro de Ciencia, Pedro Duque, anunció en el Congreso de los Diputados la creación, durante su legislatura, de un Museo Cajal y de su Escuela para «darle el protagonismo que merece al legado del mejor científico de nuestra historia”.

Lamentablemente, al igual que ocurrió con anteriores promesas y buenas intenciones de diferentes presidentes del CSIC, el museo prometido sigue sin ver la luz. Personalmente, seguimos trabajando para hacer realidad dicho museo y, paradójicamente, la historia se repite. Se ha conseguido que, impulsado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, el Gobierno declare los tres años que van desde junio de 2022 a junio de 2025, como un trienio de especial interés, dedicado a la investigación y a Santiago Ramón y Cajal. Se pretende de esta manera dar a conocer a Cajal y su obra a la mayor parte de la ciudadanía y, como recientemente ha prometido la ministra Diana Morant y ha refrendado el presidente del Gobierno Sánchez, culminar la efeméride con la inauguración de un Museo dedicado al cerebro para honrar la memoria de Cajal y la neurociencia española. Sin embargo, no nos engañemos, si se pretende abrir dicho Museo en el plazo de un año, hay que ponerse a trabajar ya, para construir o adecuar un edificio digno que lo albergue y crear toda la compleja infraestructura expositiva y de trabajo que conlleva la creación de un Museo Nacional. Y, por el momento, no sabemos todavía donde podría albergarse dicho museo.

Pero, ¿por qué es necesario que exista un Museo Cajal y de su Escuela?

En la necrológica que escribe el Profesor italiano Ernesto Lugaro al fallecimiento de Cajal, señala, refiriéndose a su producción científica, que “Cajal ha producido, él solo, lo que todos los científicos juntos de su época”. El reconocimiento internacional por la obra científica de Cajal fue y sigue siendo abrumador. Sin embargo, en España su nombre suena por el callejero, pero es un completo desconocido a nivel de calle. Lo que es asombroso es que, siendo el único premio Nobel en Fisiología o Medicina que ha conseguido España, el Gobierno no haga absolutamente nada por preservar su memoria. Y lo tendría muy fácil, dado que Cajal, antes de morir, deja por disposición testamentaria un valioso material científico, reflejo de sus investigaciones, para que se conserve en Madrid, en su Instituto, donde trabajó durante 32 años, y donde creo una magnifica escuela de neurocientíficos. Hoy, todo ese material, conocido como Legado Cajal, así como abundante material científico de varios constituyentes de su escuela, se encuentran bien conservados esperando tener un espacio expositivo decente para que pueda ser mostrado en forma de un Museo Nacional dedicado a «Santiago Ramón y Cajal y a la Escuela Neurohistológica Española”.

La existencia de este Museo constituye una demanda persistente tanto de la comunidad científica como de la sociedad y resulta inexplicable para los frecuentes visitantes internacionales cómo no se ha materializado aún en el largo periodo transcurrido. Es preciso resaltar que la figura de Cajal y su escuela histológica representan una pieza esencial del acervo cultural español y, ciertamente, es la figura científica de más envergadura que España puede ofrecer. La creación de un Museo Nacional, como entidad independiente del Instituto Cajal, permitirá su acceso público, así como su utilización didáctica con evidentes repercusiones en la difusión cultural y en la formación de jóvenes investigadores.

De esta manera, no solo honraríamos la memoria de un puñado de científicos españoles que, en condiciones bastante precarias, lograron poner a España en el primer lugar del mapa científico mundial, sino también enseñar la historia de la neurociencia española que, como es bien reconocido, sería la historia de la neurociencia mundial, pues gracias a Cajal, en esta materia España también fue pionera.

Juan Andrés de Carlos
Jefe del Departamento de Neurobiología Molecular, Celular y del Desarrollo del Instituto Cajal (CSIC) y responsable del Legado Cajal.


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